«Retablo de nuestra Fe»

En la tarde del 15 de Junio del 2013, se escenificó en los templos y en las calles de nuestro Jaén, la imagen de una fe viva que, una vez más, protagonizó el pueblo con una religiosidad profundamente arraigada, que viene de siglos y que se proyecta hacia el futuro por caminos de eternidades. Ese pueblo de Jaén, la capital y la provincia, con la presencia de visitantes de otros lugares, se puso delante de los Cristos llenos de dolor y de las Vírgenes de rostros sufridos o cargadas de esperanzas. Y entre las imágenes veneradas y los fieles se cruzaron una vez más las miradas, contando cada cual sus cuitas, sus secretos, sus penas y sus gozos.

Por la mañana abrieron los templos para exponer al pueblo las imágenes que luego, por la tarde, habían de participar en una grandiosa manifestación religiosa. Todo un retablo de fe vivida y sentida que se enmarca en éste tiempo especial que se ha dado en llamar “Año de la Fe”. Una densa y apretada muchedumbre se dio cita con las imágenes y afloraron los sentimientos religiosos que el pueblo guarda en su corazón y en su alma para manifestarlos desde las creencias establecidas, a través de los tiempos, por muchas generaciones.

Cada persona y cada pueblo tienen un tipo de religiosidad peculiar. Escribía León-Felipe, en “Versos y oraciones del caminante”, en 1920, que “Para cada hombre guarda un rayo nuevo de luz de sol… y un camino virgen, que lleva a Dios”. Y eso se comprueba en las grandes manifestaciones de fe con las que le pueblo cristiano reaviva sus creencias.

Vivimos estos tiempos nuestros de la era de la imagen que, cada día, se ensancha y se alarga con los medios de comunicación y que se perfecciona desde las redes sociales. Pero no cabe duda de que, desde el siglo XVI, la Iglesia Católica, universal, se adelantó con las imágenes en la calle, para su veneración por el pueblo y para el cultivo de la fe. Y más atrás, desde la Baja Edad media, el pueblo de Dios vivió la catequesis tan sólo con clavar sus ojos en los muros y en los relieves de los templos. La jornada de este sábado, en un reencuentro del pueblo con los Cristos y las Vírgenes, con las calles convertidas en templos, constituyó todo un retablo viviente para la docencia de la fe.

Vicente Oya Rodríguez.

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